"No podes prometer cosas que no vas a cumplir"
Todo empieza (o termina) con algo rotundamente terrible. Básicamente la cagué. No voy a decir qué porque mi moral me impide pensar que yo sea tan hijo de puta. Y después de eso las puteadas; interminables puteadas que me arrastran desde desde la forrada al egoísmo, del desinterés al cinismo. Recibo una a una las bofetadas teóricas sin tener capacidad de poder hilvanar algún tipo de respuesta que sea satisfactoria para la locutora que no para con su catarata verborragica de insultos.
Arribar a la nada, el no-lugar, el no saber si soy novio o si novio como me dejo plantado y se fue por la puerta del bar.
Preguntar unas doscientas veces cosas, contar detalles, recordar y pensar: porque no, porque si, porque...
Estar de repente en un taller de bicis, con chicos chicos haciendo recién sus primeras armas, tener que poner un parche. Hasta ese momento todavía no había venido ese segundo plano mental de reflexión y terminando de inflar la rueda aparecía...
¿Será posible retomar, volver, soñar? ¿Será posible volver a poner carne sobre lo desencarnado? ¿O era solo un parche de caucho?