.help { cursor: help; BORDER-BOTTOM:#111 1px dashed; } Aqui en el pirovano: Hoy

martes, septiembre 19, 2006

Hoy

Y se imagino que la vida, o algo que podria definirse como vida, fuera un subte


Siempre para adelante, nunca para atras (quizás para un costado en alguna que otra tortuosa combinación, deteniendo la marcha para no detenerla) teniendo un lugar a donde ir, algo que anhelar. Iba pasando estaciones: primero invasión(descender por la derecha), despues conquista (a 100 metros salida a la iglesia) y preguntose si era mera casualidad que la teoria coincidia con la práctica y porque las espadas melladas rimaban y las escuchaba mejor en la teoría.


Por suerte siempre tenía algo que hacer (viajar) algo que mostrar (el boleto) y algo que esperar (?). No entendia muy bien, pero él nunca entendía nada y dejo que pasen estaciones como si todo... como si nada.


De repente se vio en Libertad y eso le adjudico una sonrisa irónica (como cuando a uno lo llaman por teléfono para darle una promoción que al final no resulta ser promoción porque uno tiene que pagar por ella) que algunos pasajeros miraron molestos y dijeron: "que poco respeto tiene por la historia" a lo que él contesto: "señores... que poco respeto tiene la historia por nosotros" pensando que ella (la historia) pasaba como si nada, como simples estaciones, simbolizadas en palabras, o que la estaba haciendo (él a la historia), o peor, que ella lo había hecho a él. Pero todo esto no lo dijo, obvio que no, ya que si uno da mas de una razón para sus razones, pues a uno le regalan de esas hermosas camisas que hacen que estemos abrazados todo el tiempo y sigamos alimentando el egocentrismo, pero ahora, sin dañarlos a ellos.


Y asi como vino, libertad se fue. Despues paso Reconquista, Anarquía, Sida, Cuba, Glaciar Perito moreno, Fastidio y ahí fue cuando se enojó y dijo que ALTO, que no puede ser, que la vida (supuestamente) tiene un sentido asi que esto se tenia que emprolijar. No se si le dieron la razón pero empezaron a murmurar y eso fue hecho social suficiente para recuperar la calma (porque imaginate si eso no causaba un hecho social!!!) y volvió a su asiento.


Pasó peronismo, en la cual sucedio algo (a)normal: se abrieron un par de puertas, repartieron dos o tres bolsones y siguieron caminos, contentos pero sin entender.


Se sucedieron asi un millón mas de estaciones y yo, tratando de contar los focos de luz que se entreven en la oscuridad tan bien simulada del subte, ya no entendi, o no quise entender; no quise saber nada nunca más, cerre los ojos, deje de ser tácito, sali del tren y patee un par de puertas (porque uno tiene que demostrar cuando esta asustado que también esta enojado aunque solo sea con uno mismo).


Mire a la estación y no habia nada: ni letras, ni numeros, ni colores, ni siquiera esos televisores horribles que pasan propagandas anacrónicas. Vi un letrero, saqué un lapiz, Escribí HOY, y decidí continuar caminando...
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